Hombres armados del grupo palestino Hamas arrasaron este sábado ciudades israelíes matando y capturando a decenas de civiles y soldados en un asalto sorpresa, respondido por Israel con masivos ataques aéreos de represalia que dejaron unos 230 fallecidos en la Franja de Gaza.
El peor ataque contra Israel en décadas desató una guerra que ambas partes se comprometieron a intensificar.
Al menos 200 israelíes murieron y 1.100 resultaron heridos en los enfrentamientos que tuvieron lugar en más de 20 puntos del territorio israelí. En Gaza, las autoridades sanitarias informaron de más de 230 fallecidos y 1.600 heridos.
«Nuestro enemigo pagará un precio que nunca ha conocido», dijo el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. «Estamos en guerra y la ganaremos».
El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, afirmó que el asalto iniciado en Gaza se extendería a Cisjordania y Jerusalén.
«Esta fue la mañana de la derrota y la humillación para nuestro enemigo, sus soldados y sus colonos», dijo. «Lo ocurrido revela la grandeza de nuestra preparación y la debilidad del enemigo».
En el sur de Israel, cerca de Gaza, los cadáveres de civiles israelíes yacían esparcidos por una carretera de Sderot, rodeados de cristales rotos.
Las fuerzas de seguridad israelíes dijeron que había 21 escenarios activos de tiroteos con atacantes infiltrados, y que su armada había matado a docenas de palestinos que intentaban entrar al país por mar.
En Gaza, una torre de gran altura alcanzada por un ataque israelí desprendía humo negro y llamas naranjas. Multitudes de personas llevaban por las calles los cadáveres de los militantes recién asesinados, envueltos en banderas verdes de Hamas.
Autoridades sanitarias de Gaza declararon que 232 palestinos habían muerto en ataques aéreos y más de 1.600 habían resultado heridos, trasladados a hospitales en ruinas y abarrotados, en medio de una grave escasez de suministros y equipos médicos.
Las calles estaban desiertas, salvo por las ambulancias que corrían hacia los lugares de los ataques aéreos. Israel cortó el suministro eléctrico, sumiendo a la ciudad en la oscuridad.
Además, el jefe adjunto de Hamas, Saleh al-Arouri, declaró a Al Yazira que el grupo tenía en su poder un gran número de cautivos israelíes, entre ellos funcionarios de alto rango. Afirmó que el grupo tenía suficientes cautivos para obligar al Estado judío a liberar a todos los palestinos de sus cárceles.
El Ejército del Estado judío confirmó que había israelíes cautivos en Gaza y que habían muerto soldados y oficiales. Un portavoz militar dijo que Israel podía movilizar hasta cientos de miles de reservistas y que también estaba preparado para la guerra en su frente norte contra el grupo libanés Hezbolá.
El ataque supuso una infiltración sin precedentes en Israel de un número desconocido de hombres armados de Hamas procedentes de la Franja de Gaza, y el golpe más duro para el Estado judío en el conflicto con los palestinos desde los atentados suicidas de la Segunda Intifada hace unas dos décadas.
Los hechos se produjeron un día después de que Israel conmemorara el aniversario 50 de la guerra de 1973 que llevó al país al borde de una derrota catastrófica en un ataque por sorpresa de Siria y Egipto.
Hamas, que se hizo con el control de Gaza en 2007, ha librado desde entonces cuatro guerras contra Israel. Pero las escenas de violencia dentro del Estado judío no se parecían a nada visto desde los atentados suicidas del levantamiento palestino de la Intifada hace dos décadas.
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