“Estoy en quiebra”: sacó una tarjeta de crédito hace 10 años y ahora debe más de 140.000 dólares


La idea le resultó interesante. Con la tarjeta de crédito que le ofrecía el encantador empleado bancario que se acercó a su oficina podría comprar todo lo que quisiera y sin problemas. Pero ese increíble límite de casi 6.800 dólares (6.000 euros) le costó demasiado caro.

Una mujer, a la que se identifica simplemente como S.P.M., que vive en Vigo, en Galicia, España, contrató la tarjeta hace diez años y ahora está envuelta en una impresionante deuda de casi 150.000 dólares de la que no puede -literalmente- escapar, informó el sitio La Voz de Galicia.

¿Cómo comenzó el problema?

Hace diez años, un agente de Citibank visitó la oficina en la que ella trabajaba y les ofreció a los empleados una tarjeta del banco. «Nos dijo que no tenía gastos de renovación y que con ella podíamos hacer frente a imprevistos y compras», recuerda hoy la mujer.

En aquel momento, ella se dejó tentar por el increíble ofrecimiento. «No lees la letra pequeña y piensas: si me viene un imprevisto puedo pagar poco a poco», afirma.

Hace 10 años, la mujer se dejó tentar por el ofrecimiento. Luego, no pudo pagar la deuda. Foto: Shutterstock

Con el tiempo, esa tarjeta se convirtió en una del banco Wizink, del tipo «revolving» -tarjetas que permiten pagar las compras a plazos pero con altísimos intereses-.

El límite de gastos era de 6.000 euros (unos 6.790 dólares) y la cuota mensual de 60 euros (67 dólares), pero después de un tiempo la mujer, que ya no podía pagar la cuota anterior, la bajó a 18 euros (20 dólares).

«Como no terminaba de pagar pedía otro préstamo para cubrir el anterior y así vi que nunca acababa de saldar la deuda que iba subiendo. Ahora tengo un agujero de 130.700 euros (147.000 dólares)», le contó S.P.M. al medio español.

Y agregó: «Me metí en una bola y estoy en quiebra. Yo usaba la tarjeta simplemente para vivir, para pagar la comida, la ropa…».

Tanto así, que llegó a firmar 31 contratos con 16 entidades financieras que le ofrecieron «préstamos fáciles» e, incluso, aseguran que han pre-otorgado un crédito una suma de dinero. «Y tu te lo crees y dices que sí y piensas que vas a poner en orden las cosas», afirma la mujer.

Desbordada por el monto de las deudas que iba generando, tuvo que dejar de pagar a las financieras en 2019. Entonces, relató, «comenzó un calvario. De ocho de la mañana a diez de la noche me llamaban continuamente y me presionaban. En un día llegué a tener 75 llamadas. Ellos no atienden a razones y te presionan para que pagues».

En un día, S.P.M. llegó a tener 75 llamadas reclamándole el pago. Foto iluistración: Thinkstock Photos

En este caso, a S.P.M. no le pudieron embargar propiedades porque no las tiene. «No tengo ni coche ni departamento propio», indica. Eso sí, tiene esperanzas: gracias a la ayuda de una abogada confía que el 2022 se convierta en el año de su recuperación financiera.

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